Trastorno Obsesivo Compulsivo
El trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
Se caracteriza por dos tipos de eventos: las obsesiones o compulsiones y los pensamientos obsesivos y rituales compulsivos. Las obsesiones son pensamientos o imágenes que vienen a la mente de la persona, independientemente de sus deseos repetidamente. A pesar de que la persona sepa que sus ideas no tienen sentido, no puedo dejar de pensar en ellas. Ideas relacionadas con la religión común, el sexo, las preguntas, la contaminación, la agresión (por ejemplo, una persona ha repetido ideas de que vuestras manos están contaminadas por haber tocado objetos "sucio").
Las compulsiones son actos o rituales que el individuo se ve obligado a correr para aliviar o evitar obsesiones. Si la persona no realiza el acto compulsivo se pone muy ansioso. Los rituales se repiten numerosas veces, a pesar de la sensación de que la persona tiene que hacer no tiene sentido. Las compulsiones son lavarse las manos frecuentemente, comprobar que la puerta está cerrada o la válvula de gas está cerrada, una pregunta en repetidas ocasiones información para ver si es correcta, cuidadosamente organizado una serie de pre-programadas acciones para prevenir cualquier daño que ocurra a alguien. Tanto las obsesiones y compulsiones ocupan una buena parte de su tiempo, dañan o impiden su día a día.
A medida que la persona reconoce que sus pensamientos o acciones no tienen sentido, pretende disfrazar tales manifestaciones, evitando hablar de ello y reacios a buscar ayuda médica psiquiátrica.
El trastorno obsesivo compulsivo suele comenzar en la adolescencia tardía, alrededor de los 20 años y afecta a cerca de 2 de cada 100 personas. La enfermedad puede manifestarse en los niños también. En general, la enfermedad progresa con períodos de mejora y empeoramiento, con el tratamiento adecuado hay un control satisfactorio de los síntomas, aunque infrecuente cura completa de la enfermedad.
Muchas personas con este trastorno también tienen otros trastornos como la fobia social, depresión, trastorno de pánico y el alcoholismo. Algunos trastornos mentales como la tricotilomanía (arrancarse los pelos), el trastorno de dimorfismo corporal (idea fija de que hay un pequeño defecto en el cuerpo, generalmente en la cara) y el síndrome de Tourette (tics facial) parecen estar relacionados con el trastorno obsesivo compulsivo.
Investigaciones recientes muestran que el trastorno obsesivo compulsivo es un trastorno cerebral en el que algunas áreas del cerebro. También se sabe que el neurotransmisor serotonina está implicado en la formación de los síntomas obsesivo-compulsivos. También se cree que las personas que tienen una predisposición a la enfermedad, sobre reaccionar al estrés. Esta reacción consiste en pensamientos obsesivos, que a su vez genera más estrés, creando un círculo vicioso.
El tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo implica una combinación de medicamentos y psicoterapia. Los fármacos utilizados incluyen antidepresivos, a menudo en dosis elevadas y durante periodos suficientemente largos. La psicoterapia es la terapia conductual más estudiada, a través de la cual se alienta al paciente a controlar sus pensamientos obsesivos y los rituales compulsivos. Otras formas de psicoterapia ayuda al paciente a manejar situaciones de ansiedad que empeoran la enfermedad.
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